Este artículo se publicó en Abril de 2009 en El mito de la taberna.
Por su temática creo que debe estar aquí. Lo transcribo literalmente:
También en África se persigue a otros seres humanos por el color de su piel. Somos incorregibles.
Una noticia recurrente en los diarios y en los medios de comunicación en general es la persecución a la que son sometidos los nacidos albinos en el África subsahariana. Aunque en este caso con el matiz agravante de la superstición.
En muchas partes del continente africano, el albinismo está considerado como una maldición, pero al mismo tiempo como una forma de remediar todo tipo de males.
En la cultura mandinga se considera al albino portador de mala suerte y desgracias para sus familias y para ellos mismos. Eso, en vida, porque después de muertos el signo se invierte.
"Muertos atraen todo tipo de bienes y riquezas. Por eso se los considera trofeos muy preciados en una de las cacerías más bochornosas que ha perpetrado el género humano desde que los nazis persiguieran a los judíos.
Sólo en Tanzania han sido secuestrados y asesinados 41 en el último año. Otros diez en Burundi. Siete en Malí. En Camerún, muchos son estrangulados o asfixiados nada más nacer por sus propios padres para evitarles (y evitarse) escarnio y sufrimientos. En algunas aldeas es la familia política de la madre la que comete el infanticidio, en la creencia de que el niño es fruto de relaciones adúlteras con un blanco. El asunto es tan repulsivo que Unicef y la ONU han puesto el grito en el cielo, e Interpol se ha ofrecido para colaborar con los gobiernos de las naciones afectadas.
...En el norte de Tanzania ingerir una pócima elaborada con partes de cuerpos de albinos origina que una persona se haga rico o encuentre oro. Este desatinado mito ha cruzado Burundi y se teme que llegue a otros países, lo que ocasionaría una matanza sin sentido.
"Es un problema que se nos está yendo de las manos y, pese a los esfuerzos del Gobierno, se está extendiendo y debe ser atajado por las autoridades de la Unión Africana", adivirtió Samuel Mluge, presidente de la asociación de albinos de Tanzania. Solo en octubre se ha detenido a medio centenar de personas involucradas en ataques hacia los albinos.
Además, se teme que en el comercio de partes humanas estén participando policías corruptos y hombres de negocios que buscarían obtener la "pócima de albino" para acrecentar su riqueza.
... Moszy, que llegó a Tenerife en patera, pide asilo para que no lo devoren en rituales de magia negra. No exagera.
Moszy es un fantasma, es invisible, no es humano. En la lengua suajili, zeru. Moszy tiene 18 años, es de Benín, llegó en patera a la playa de La Tejita (Tenerife) a finales de marzo con otros 60 inmigrantes subsaharianos, aquejado de una tiritona incontrolable por la hipotermia de las noches en el mar y de severas quemaduras de los soles atlánticos. Moszy tiene la piel descolorida; la cara, lechosa veteada de manchas color canela; una miopía de rompetechos. Su esperanza de vida es de 30 años. El cáncer de piel acecha en sus genes. O un asesinato ritual. Porque Moszy es albino. Un negro albino. Un fantasma. Menos que humano. Zeru." (De XL Semanal)
Sin embargo, hay alguien que ha conseguido librarse de todo esto y, naturalmente, lucha para que las cosas cambien: el extraordinario músico maliense Salif Keita, quien a pesar de ser descendiente directo del fundador del Imperio de Mali, Sundiata Keita, o quizá por eso, fue marginado y apartado de la sociedad por su propia familia durante años: "A mí no se me permitió continuar mi educación por mi condición de albino, así que me hice músico. Me echaron de la escuela, no tenía otra opción. Tocaba en los bares para ganarme el sustento. Y a pesar de mi piel y de la albinofobia de muchos, me hice popular. La música me salvó la vida."
3 comentarios:
Es que nacer albino en Africa era como nacer judío o negro en la Alemania de los años treinta: una desgracia. Que tiene tela....
Siento el "borrón" (que diría el amigo Cajander), Juan. Es que hoy también estoy un poco "chapu".
Ahí va:
Ya cuando leí la entrada en la taberna, me pareció tremendo. Tremendo.
Da igual cuál sea la diferencia y dónde ocurra. El miedo a lo distinto nos vuelve bestialmente crueles, violentos...
Son costumbres terribles. La cara del niño de la fotografía dice tanto...
Estoy de acuerdo contigo: está muy bien aquí esta entrada. Igualados en la violencia.
Afortunadamente, también nos iguala el gusto por la música, el ritmo...
Y a propósito, la música de este mes es preciosa. ¡Graciasssssssssssss!!!!!!
(Que conste que, aunque parezca lo contrario, no me he propuesto dejarte un "borrón" en cada entrada de este estupendo y estimulante blog.) ;)
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